¿Cómo encontrar a la persona adecuada para el lugar correcto?
Sigue siendo la pregunta principal en la mente de los directivos, empresarios y los profesionales de Recursos Humanos.
Esto nos coloca en medio del desafío constante y el riesgo de ver a las personas y sus potencialidades de una manera limitada. Las cosas están cambiando a un ritmo más rápido, las empresas y las personas deben estar preparadas para ello.
La necesidad hoy es encontrar personas que sean flexibles, inteligentes emocionalmente, audaces, versátiles y rápidas. El mercado exige que las empresas lo sean y no hay otra manera para que la empresa se destaque en el mercado que no sea a través de las personas. Son las personas que van a generar competitividad y diferencial para las organizaciones.
El reto es tener la madurez para evaluar si realmente mi empresa tiene el lugar adecuado, para esta persona que me parece la correcta. Es decir, tengo que desafiar a mi organización para que sea el lugar adecuado, ofreciendo condiciones y liderazgo capaces de capacitar a profesionales competentes, teniendo procesos y modelos de administración para apoyar a los profesionales en el proceso de cambio y desarrollo de habilidades con un plan de carrera definido.
El profesional que se conoce a sí mismo está más preparado para dar resultados por sus habilidades técnicas y comportamentales. En la práctica, las empresas están buscando personas que puedan enfrentar los desafíos actuales. Si la organización solo tiene «personas adecuadas en los lugares correctos» en su fotografía, tendrán problemas frente a situaciones imprevistas, cambios necesarios y la necesidad de respuestas en un plazo más breve. Cuando una empresa solo piensa en encontrar a las personas adecuadas sin preocuparse por «ser el lugar correcto» y proporcionar las condiciones para que estos buenos profesionales desarrollen sus talentos y satisfagan sus deseos personales y profesionales, tendrán pocas «personas adecuadas» a su disposición.
Los procesos selectivos, especialmente de los ejecutivos, deben prestar especial atención a las habilidades comportamentales y inteligencia emocional. Seguramente el conocimiento técnico y de procesos no garantizan la capacidad de administrar el período de cambio que la crisis actual, la gestión, la tecnología, o la transición empresarial conlleva.
Es mucho más importante comprender cómo este profesional maneja las situaciones de cambio, y cómo lleva a cabo este período con su equipo, y sus habilidades de comportamiento, que verificar el dominio técnico. Es el comportamiento del profesional lo que determina el resultado que dará a corto, mediano y largo plazo.
Si las empresas están buscando «personas adecuadas» y naturalmente alineadas con el negocio, un camino que contribuye a la alineación de las expectativas es la identificación de las competencias de la organización y, desde ellas, los talentos de las personas y sus habilidades técnicas. De esta manera, se llega al detalle de qué comportamiento se espera de cada uno.
Hoy existen muchas herramientas que facilitan estas informaciones, yo trabajo con una evaluación reconocida internacionalmente que nos ofrece estos datos con mucha precisión.
Es necesario ver el desafío del liderazgo actual como la capacidad de ver a los profesionales a través de sus talentos y posibilidades, no simplemente sus limitaciones.
Es un proceso de desarrollo, evolución y transformación, que incluye el modelo de liderazgo y, sobre todo, el modelo de gestión para poder llegar a las personas adecuadas, atraerlas y retenerlas.
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